Hasta el 28% de los dóberman pueden verse afectados por el trastorno compulsivo canino o CCD (fuente). Esto también se denomina trastorno de conducta compulsiva y puede ser, al menos en parte, el culpable de este mito. Este es el único trastorno en los dóberman que puede tener alguna relación con el tamaño del cerebro del perro. Este trastorno es similar al trastorno obsesivo compulsivo (TOC) en los seres humanos.
Un perro afectado por este trastorno a menudo realizará comportamientos repetitivos que parecen no tener ningún propósito en la medida en que interfieren con su vida normal. En los Dobermans, esto suele ser comportamientos como lamer y chupar compulsivamente en el área del costado de la piel.
El “flanco” del perro son los dos tramos delgados de piel que conectan las patas traseras con la parte inferior del torso del perro. Puede obtener más información sobre los síntomas de CCD
En raras ocasiones, los Doberman afectados por CCD mostrarán algunos problemas de agresión autodirigida, como atacar sus propias piernas o cola. Sin embargo, no se sabe que muestren agresión hacia los demás debido al CCD y ningún estudio hasta la fecha sugiere esta correlación.
Aunque este trastorno de conducta generalmente está relacionado con la ansiedad y el estrés en el perro, hubo un estudio que mostró una correlación entre el volumen y la densidad del cerebro en ciertas áreas y el desarrollo de CCD (fuente). Por esta razón, es posible que esta condición haya alimentado el mito de que los Doberman desarrollan problemas cognitivos debido al tamaño del cerebro.